Acostumbrados estamos a los musicales, películas donde la melodía inunda la mayoría de la trama de la película, donde cada canción es diferente. Pero este no es el caso de Los paraguas de Cherbourg, de Jacques Demy, y música de Michel Legrand. Estos artistas filmaron el pacto de hacer toda la película cantada, incluidos los diálogos. Nada se salva de la música. Solamente hay silencios para cambiar de una escena a otra. Eso sí, el leitmotiv es constante a lo largo de toda la película.
La trama cuenta la historia de Genevieve y Guy, y la historia de amor joven que existe entre ellos. Sin embargo, el lazo que los une se rompe cuando ella se entera de que Guy debe ir a la guerra durante dos años. ¿Al final estarán juntos? ¿Sobrevivirá el cariño?
El leitmotiv que se repite es claramente notable. Combina una frase normal baja con una nota alta que da un toque dramático, pero que se calma con las notas siguientes. Cuando el leitmotiv vuelve a aparecer, la sensación de extrañeza hacia la nota que sube de repente de tono revive de nuevo, pero sigue el curso de la canción a medida que suena. Ha sido una obra maestra.
Una película que mezcla estilo clásico y moderno, que idealiza y combina con la cruda realidad de la vida.