miércoles, 16 de noviembre de 2011

Cena medieval

“Sus majestades el rey y la reina de Olabidea, le invitan al Primer Banquete Medieval, el día 12 de octubre a las 21.00 horas en el Gran Comedor”, y en letra pequeña, “Disfraz obligatorio. Identidad secreta, personal e intransferible”.
Ésta fue la invitación que nos encontramos, la mayoría de nosotras con sorpresa, el lunes 10 de octubre. Teníamos dos días para encontrar el disfraz del personaje que nos había tocado, sin embargo el verdadero “momento disfraz” llegó el mismo día 12, por la tarde.
Cartones, pintura, maquillaje de cara entera, vestidos de princesa… Antes de entrar al comedor, Olabidea se había convertido en Camelot en carnavales (o algo parecido), y a medida que entrábamos nos fotografiamos en un photocall improvisado, que algunas se saltaron con mucha alegría. 
El ambiente dentro del comedor era auténtico. Las únicas luces eran velas, había escudos en las paredes, las mesas estaban dispuestas en filas alrededor de un espacio reservado a sus majestades, el Rey Marta y la Reina María, y la música que sonaba era lo más medieval de la década de los 90.   
Cuando todas estuvimos reunidas, comenzó  la presentación. Nos habíamos convertido en personajes de todo tipo: Cortesanos y damas, Romeo y Julieta, caballeros, Shrek y Fiona, Don Quijote y Sancho Panza, Rapunzel, las viudas (“¡Paco, vuelve!”), los bufones, el gato con botas, un dragón, los tres mosqueteros, y un largo etc. ¡Incluso estaba Santo Tomás de Aquino! 
Y llegó el momento de la comida. En las mesas, a modo de platos, había tablas y cuencos, y, a modo de cubiertos… Las manos. Para algunas fue divertido comer con las manos, pero a otras les costó verdadero trabajo manejar el pollo. Las cocineras medievales hicieron un trabajo espléndido paseando ollas enormes, y no hay que olvidarse de las mazorcas de maíz, que llegado un momento, tuvimos que coger al vuelo. 
El Primer Banquete Medieval acabó  con helados, bailes en el salón, y duelos a espada de plástico en los pasillos. Y, además, pudimos comprobar que en Olabidea se nos da muy bien disfrazarnos, así que nos despedimos, con miras a la próxima cena especial.
¡Hasta muy pronto!

martes, 1 de noviembre de 2011

Excursión idílica en Roncesvalles



El pasado domingo varias residentes de Olabidea (María Gómez, Sani, Rocío Arvilla, Marta Villamor, Ale González, Verónica, María Bistué y Titi), acompañadas por Pilarica y Begoña Echevarne pusimos rumbo hacia Roncesvalles en busca de castañas. La suerte estaba con nosotras ya que amaneció un día espléndido con un sol radiante. Durante el camino jugábamos a adivinar la respuesta correcta de un cuestionario con el que íbamos adquiriendo más cultura, parecíamos unos auténticos peregrinos.



A todas nos impresionó el paisaje, el sol hacía que cada árbol transmitiera un color diferente. Anduvimos 10 kilómetros, aunque nos entretuvimos cerca de una hora con la recogida de castañas, no podíamos dejar de recolectarlas, durante el resto del camino nos propusimos no mirar hacia abajo ya que si lo hacíamos corríamos el peligro de quedarnos allí todo el día recogiendo castañas.



Después de recorrer esos 10km decidimos que ya era hora de volver a Olabidea. Nos llevamos con nosotras más de tres kilos de castañas, pero eso no fue lo mejor que conseguimos de esa excursión, lo mejor fue el poder compartir con las demás la experiencia de contemplar todas juntas un paisaje tan bonito como lo es Roncesvalles.

por Titi García